jueves, 26 de febrero de 2009

Demasiado sincera para mi gusto

Por qué será que en este blog sólo me da por escribir en enero?

Rompamos, juguemos, entremos en contradicción que es una de las cosas que más me gusta.

Insisto, estoy ida, ida muy lejos de mi, y ya no sé cómo volver. De a ratos me convenzo de que es porque estoy muy de vacaciones y no tengo ganas de hacer nada, entonces me activo, voy al gimnasio, a la casa del pueblo, visito amigos, en fin, me entretengo. Paso dos meses en junín en ese trajín de boludeo sólo para darme cuenta de que en realidad no hice nada de lo que hubiera querido hacer, no pasé suficiente tiempo con Impacio, ni con Lucía, ni con Laura, no trabajé, no estudié y no produje nada, ni siquiera escribí en los putos blogs.

Entonces pienso mucho más atrás, en la secundaria, en la infancia y digo "bueno... pero.... en realidad siempre fui así..."

Y es verdad, no creo que esté bien, no tiene excusa ser así de colgada, pero evidentemente ya no tiene solución.

Por lo tanto lo acepto, lo mastico, lo digiero, me quejo, entro en contradicción y me encanta.