viernes, 25 de septiembre de 2009

No más muletas

Toda m vida me aferré demasiado. Me encerré demasiado, para sentir que había un hoy un ahora y que algo o alguien me necesitaba.
Me hice cargo de cuidar a mis amigos, aunque no me lo pidieran.
Quise cuidar y proteger a personas, libros, jarrones, bicicletas de éste mundo hostil, aunque no así a los animales o plantas que, al contrario que el hombre y sus derivados, están preparados para sobrevivir. Qué absurdo pensar que un ser que tuvo que aprovechar de los otros el abrigo, las garras, los colmillos para suplantar sus deficientes sentidos, sea el más apto.
Qué fácil es llegar a la conclusión de que este ser débil, miope, sordo y verborrágico debe ser sometido para su propia protección y supervivencia.
Así, me pasé la vida protegiendo para cuidarme, hacerme cargo de las desgracias ajenas para postergar las propias.
Pero el momento llega, siempre llega.El momento de concentrarte en vos mismo y ser egoísta por un rato, aunque más no sea para poder seguir ayudando al siguiente momento.
Tirar las muletas lejos y tratar de alcanzarlas valiéndote sólo de tus piernas.
Cada uno con su renguera, cada uno con su neurosis.
A guardar, a guardar, cada cosa en su lugar...
Y el que no pueda hacerse cargo se jode... se jode...
Digo no! a la muleta emocional.