La estructura de la desestrucura.

Somos así, amor, simplemente impredecibles.
Podemos jugar a que somos distintos, podemos creernos que vivimos dentro del sistema pero algo que no vamos a lograr nunca. Estamos demasiado acostumbrados a las cosas que nos pasan, no podríamos vivir sin ellas, ya no, nunca más.
Podemos formarnos una rutina, creernosla, hacer que sea cierta, pero no existe.
Lo impredecible es lo que nos conforma, nustra esencia. Si hacemos de nuestra vida una rutina, entonces seguramente saldremos de ella para vivir.
Ya no existimos en lo real, sólo en nuestra propia desestructura.
Lo único real es la estructura que nos creamos, que creamos para poder formar parte del mundo real, pero que, insisto, no existe.
No soy más que la estructura de la desestructura.
Sólo te puedo proponer, amor, que no seamos más que eso, conformémonos, tratemos de ser realmente felices dentro y fuera.
Juguemos, que mucho más no nos queda.