lunes, 9 de marzo de 2009

Estética

Frizz, mucho frizz. Las trencitas son, tal vez, la mejor manera de disimular el frizz una vez que te las desarmás. Por qué? Simplemente porque después TODO es frizz.
Bastante afro. Bastante antagónico: pálida, ojos claros, bajita, torpe... pero con un peinado bieeen afro.
Estoy demasiado flaca, es impresionante la capacidad que tengo para adelgazar. O para no comer durante el verano...
De cualquier manera las odas a Ana están superadas así que nada va a impedir que coma!
Todavía no junto coraje suficiente, pero siento que me falta el arito en el ombligo. Hace ya un año y meses que lo tengo por ahí guardado (regalo de cumpleaños) y no me decido a ir a hacérmelo. Lo tuve en la oreja, pero no es lo mismo...
De cualquier manera hace mucho ya que decidí que voy a hacer con mi cuerpo todo lo que quiera y me va a gustar. Después de la experiecia de las trencitas (es decir todo el pelo atado todo el tiempo, en grupos que se mueven y manejan mucho más fácil que la masa gigante que cargo como melena en este momento) me dieron ganas de hacerme las rastas. Hay tiempo.
Por lo pronto con un batido me conformo.

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