Iba en el bondi, dormitaba. Pensaba en la tarde pasada en lo de "No seas malo", aquel compañero que a falta de nombre, en los primero días se llamó de la manera que más lo caracterizara. Recordaba cada vez que él había dicho "no seas malo... " en la primera clase de la primera materia que cursara de la carrera. Y que aquel día en el colectivo había encontrado un celular que devolviera a la piba que, desesperada había llamado durante todo la puta clase sin que ella pudiera desligarse de la responsabilidad de quedarse escuchando las ganzadas que dijera el jefe de cátedra que les diera la bienvenida durante hora y media con fotos y música de sui generis.
Se sorprendía ahora, medio dormida en el bondi de que fuera justamente "no seas malo..." el que se ofreciera a acompañarla abajo para devolver el celular. Un intercambio, en ese momento, entre 2 completas extrañas que luego serían, ambas, sus compañeras de grupo 3 meses después del día que devolvieran el celular. Justamente hoy, después de lo que se sintió como un mes sin dormir, mientras ella dormitaba pensando en ellos, se había terminado el tp que hicieran juntas con él. Aunque ya estaban marcados, como ganado, el grupete. Sin importar si alguna vez volvían a cursar juntos una materia trabajarían a la par de por vida, codo a codo, cabeza a cabeza, teniendo como premisa aquello que en éste día eterno los hizo destacar, sus premisas, sus prioridades y sus modos, forjados a fuerza de no dormir.
Y si aquella que escribía ya nunca podía pensar en palabras abstractas sin imágenes se lo debía a aquel que no podía pensar sin cuadros o a esa que podía plasmar en imágenes exactas y precisas lo que ella le describiera o le pidiera que le ayude a entender.
Y así, medio dormida, podía verlos, aún, junto a ella, pidiéndole que les alcanzara el cartón y dando gracias por el mate que llevaron después al aula en la que dejaron su trabajo con sangre del dedo de "1100", el celular que perdiera aquel primer día que se vieron en la entrada del lado del río.
Imaginaba, así, adormecida, el momento de llegar a casa, prender la compu, relajarse al fin, y verlos conectados, dándose las buenas noches a las 2 de la tarde y comentándoles por enésima vez "en el bondi te torrás"
jueves, 1 de octubre de 2009
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